Desde el primer día. Es importante establecer la rutina de lavarse los dientes ya que así se acostumbran a que les abramos la boca y a que les miren. Es muy habitual que los médicos que traten a vuestro hijo o hija con FLP le tengan que mirar la fisura, por eso, si se acostumbran a que le abran la boca y le miren, será mucho menos traumático para ellos.
Desde el nacimiento y hasta los 4 meses, se les lava la boca con una gasa suave y agua. A partir de los 4 meses y hasta la aparición del primer diente, se puede seguir haciendo con la gasa o con un dedal de silicona. Hay que lavarles la boca después de cada toma y debemos limpiar la encía, el paladar, la lengua y las mejillas.
La teoría es muy sencilla y muy bonita, pero sabemos que a la práctica es muy complicado. Nuestro consejo es que no nos volvamos locos, pero que no nos descuidemos y sigamos insistiendo e insistiendo hasta que la higiene bucodental se convierta en un hábito para todos.
En el momento de la salida del primer diente es imprescindible una buena rutina de higiene bucodental. Si se ha establecido desde el inicio, será más sencillo. De lo contrario, al principio os será un poco más difícil.
Aunque hay unas pautas, el orden en el que aparecen los dientes tal y como mostramos en el gráfico, puede suceder que algún niño o niño no cumpla con los plazos habituales, y eso no influye en nada y no significa nada. La mayoría de niños tienen todos los dientes, a excepción del diente de la fisura, cuando tienen la encía afectada.
Los dientes de leche hay que cuidarlos mucho porque hasta los 6 o 7 años no empiezan a caer. Caen en el orden similar en que han aparecido, como se puede ver en el gráfico.
A los 6 años aparece una muela detrás del segundo molar que no tiene predecesor de leche. Al crecer el niño, la mandíbula se hace más grande, se hace espacio y aparece el segundo molar. Es muy importante porque hay que limpiarla bien. Está en una posición de difícil acceso, y eso hace que en muchas ocasiones no se limpie lo suficientemente bien. Si sucede esto, aparecerá una caries en esa muela. Para que nos hagamos una idea, la mayoría de los adultos tiene esa última muela empastada.
En pacientes fisurados con afectación de la cresta alveolar (encía afectada) suele haber:
Esto sucede porque durante la gestación, en la semanas que sucede la fisura, también queda afectado el germen que luego permite la aparición del diente. De la misma manera que no se crea el hueso, tampoco se crea el diente.
El incisivo central de la zona de la fisura, en el caso que aparezca, puede salir fuera del arco, normalmente más hacia atrás. Además, puede salir rotado sobre su eje.
Muchas veces, este incisivo que aparece no es un diente real, se trata de un diente extra (diente supernumerario). Tienen forma cónica y es más pequeño de lo habitual. Normalmente, el odontopediatra propondrá mantener ese diente en la posición en que salga, y cuidarlo mucho, igual que el resto de dientes de leche.
En pacientes con fisura palatina no suele haber agenesias. En ocasiones, puede salir algún diente rotado, pero no es lo más habitual.
Unos buenos hábitos de higiene oral evitarán:
La alimentación procesada y la dieta que tomamos la mayoría presenta mucho azúcar, más del que somos conscientes. Si no hay una correcta higiene dental, aparecerán las caries. Además, en el diente de leche la caries evoluciona muy rápido y, lo que hoy es un mancha, mañana puede ser un cráter.
Hasta los 6 años aproximadamente es importante que el cepillado siempre esté supervisado por los padres, porque es importante lavarlos muy bien. También deben usarse cepillos y pastas adecuados a la edad del niño o la niña. Y recordar, que el ejemplo de los padres es imprescindible. Nuestros hijos son imitadores natos, aprovechémoslo, y enseñémosle con nuestro ejemplo la importancia de tener una buena higiene bucodental.
Además, es importante visitar al odontopediatra cada 6 meses desde la aparición del primer diente para hacer visitas de control. En estas visitas, se tratarán normalmente los siguientes puntos:
A los niños afectados por fisura labiopalatina se les somete a demasiados tratamientos médicos, que suelen ser traumáticos para ellos. Intervenciones, visitas al logopeda, otorrinos, foniatras... El tratamiento de una caries, aun no ser especialmente doloroso o complejo, suele ser traumático para nuestros hijos. Está en nuestras manos evitarles este sufrimiento poniendo mucho énfasis en realizar una buena higiene bucodental. Es sencillo, les regalamos un hábito de salud que mantendrán toda la vida y les ahorraremos visitas y tratamientos médicos extra.
Hasta la aparición de los dientes, se usa el dedal sin pasta, con un poco de agua. Con los pelitos lavamos encías, lengua, mejillas y paladar durante 2 minutos. La zona de las bolitas sirve para hacer masajes cuando empiecen a salir los dientes. Puedes usar el mismo dedal hasta la aparición del primer diente. No requiere recambio.
Para aliviar las encías durante la dentición, se recomienda usar un bálsamo de VITIS Baby (Vitis Baby Gel Bálsamo Encías).
Es importante usar el cepillo con la aparición del primer diente. Debe ser un cepillo de cerdas suaves, que tenga el tamaño adaptado y un mango que facilite el agarre. Aconsejamos que el cepillo sea siempre de farmacia.
Es muy importante acostumbrase a usar hilo dental. Los europeos tenemos la boca más pequeña, por lo que tenemos los dientes muy juntos.
Por más que tengamos una muy buena higiene bucal, los cepillos no llegan a limpiar entre los dientes, así que hay que utilizar hilo dental.
Al elegir una pasta, es imprescindible el flúor para luchar contra las caries. En la cantidad correcta, el flúor es bueno y es lo único que nos evita las caries. Entre los 6 meses de edad y los 7 años, usaremos una pasta con mínimo 1000 PPM de flúor y máximo 1450 PPM de flúor. En muchas ocasiones, las pastas de dientes están mal etiquetadas y, erróneamente, indican que están contraindicadas para menores de 6 años por la cantidad de flúor. No te fijes en esos avisos, busca las PPM de flúor y asegúrate que tenga el suficiente según la edad de tu hijo o hija.
Es importante vigilar la cantidad de pasta que ponemos en el cepillo, siguiendo estas indicaciones:
Primero, tumbar al bebé con la cabeza apoyada en nuestras piernas y mirando hacia arriba. Levantamos el labio y realizamos movimientos horizontales para eliminar la placa bacteriana. Hay que limpiar la lengua. Una vez hemos lavado nosotros los dientes, le dejamos el cepillo al bebé para que juegue.
Según la sociedad española de pediatría, la caries dental es actualmente la enfermedad crónica más frecuente en la infancia con una elevada prevalencia en preescolares españoles.
La enfermedad de la caries dental presenta graves repercusiones en la salud general del niño, tales como: dolor intenso, infecciones faciales, hospitalizaciones y visitas de urgencia, disminución en su desarrollo físico y en la capacidad de aprendizaje; dificultad en el manejo ambulatorio y un elevado costo de tratamiento. Asimismo, un niño con caries en los dientes primarios, será probablemente un adulto con múltiples caries y restauraciones en la dentición permanente.
El diente tiene 3 partes, esmalte (no tiene sensibilidad ni enervación), luego la dentina, amarilla y por último la pulpa. La dentina tiene micro tubos que conectan con el nervio. La caries, sobretodo en los dientes de leche, el paso del esmalte a la dentina es muy rápido.
Lo positivo es que si se detecta pronto la caries, con tratamiento se detiene muy bien gracias a las fluorizaciones que se realizan en la consulta del odontopediatra.
Tanto en lactancia materna como en lactancia artificial es necesario limpiar encías y dientes después de cada toma. Además, es importante evitar los malos hábitos:
Si el uso del chupete se prolonga más allá de los dos años provocará en la mayoría de casos:
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