Los niños nacidos con fisura deben someterse a entre 1 y 2 intervenciones quirúrgicas durante su primer año de vida . Durante el mes posterior a las operaciones el bebé no puede utilizar su biberón habitual, ya que es muy importante que no hagan ningún tipo de succión para evitar la apertura de los puntos y no deben introducir ningún objeto en el interior de la boca , para evitar que se pueda infectar la herida.

En el hospital ofrecen como solución una jeringa con punta blanda que presenta varios problemas:

Es imprescindible utilizar las dos manos para utilizar la jeringa: Es imposible manipular la jeringa con una única mano, ya que debes ser muy preciso introduciendo la leche por la comisura del labio que no tenga puntos, y controlar mucho el flujo de leche que se envía a la boca para evitar atragantamientos. El hecho de utilizar ambas manos para la jeringa, te impide poder tocar al bebé, corregirle la posición o ayudarle de ninguna manera. Al final, se necesitan dos personas para poder alimentar al bebé durante el postoperatorio y esto no siempre es posible.

Reutilizar la jeringa: En los hospitales te piden limpiar la jeringa para reutilizarla durante todo el mes del postoperatorio. El problema es que la jeringa, una vez la limpias, pierde el lubricante que lleva en el interior y que permite que el émbolo se deslice con suavidad. Por lo tanto, una vez lavada,  debe hacerse mucha fuerza con la mano para que la leche salga. Además, al necesitar fuerza, es muy complicado controlar el flujo de leche. Resulta agotador para el padre o la madre que debe alimentar al niño y peligroso por el poco control que tienes sobre el flujo de leche. 

Rechazo del niño a la jeringa: Estos bebés, durante su primer año de vida, han tenido que enfrentarse a muchas pruebas, algunas de ellas invasivas y a diversas analíticas. Suelen tener rechazo al entorno médico y no suelen aceptar alimentarse con una jeringa.

Con la colaboración del estudio Mos de Barcelona , ​​y con el visto bueno del hospital Sant Joan de Déu , hemos diseñado un prototipo de biberón pensado para alimentar a los bebés durante el postoperatorio . Se trata de un tapón compatible con los biberones más habituales y que permite colocar la punta blanda que ofrecen en los hospitales. Este sistema permite controlar el flujo de leche sólo por presión , y gracias a ello, se puede utilizar con una única mano, sin necesidad de realizar esfuerzo físico y facilitando todo el proceso de alimentación. Además, su aspecto es similar al de un biberón tradicional, reduciendo el rechazo de los bebés frente a este dispositivo.

Un proyecto sencillo que ajudará a muchas familias

Desde la Associació Fícat queremos producir de forma profesional y segura los biberones postquirúrgicos y repartirlos de forma gratuita entre todas las personas de Catalunya que lo requieran,  para que la forma de alimentar a sus bebés no sea un problema para ellos.

Para poder hacer realidad este proyecto, necesitamos recaudar un total de 5.000 € para comprar el material necesario y crear el molde industrial que nos permita producir el tapón.

Haz una donación. De esta forma, podremos producir y distribuir de forma gratuita estos biberones entre todas las familias de Cataluña que lo necesiten. Se te devolverá el 80% del importe que dones. Por ejemplo, si haces una donación por importe de 100 €, en la próxima declaración de la renta desgravarás 80 € (80% de desgravación durante los primeros 150 € de donación, el resto desgrava el 35%).

Si no puedes hacer una donación, ayúdanos haciendo difusión del proyecto. Puedes realizar algún pequeño evento de recaudación de fondos, explicando el proyecto a tu entorno de amigos y familiares o compartiéndolo de forma activa en tus redes sociales. Necesitamos llegar al máximo de personas posibles, así que ayúdanos a hacer mucho ruido. 

Si decides ayudarnos organizando un evento, contacta con nosotros y te ayudaremos a hacerlo realidad.